Durante la noche del Jueves Santo, los líderes bolivianos tuvieron el privilegio de participar en una cena muy especial, conmemorando juntos la última cena del Señor. Fue una noche marcada por la presencia de Dios, donde cada momento estuvo lleno de significado, comunión y gracia.
Durante la enseñanza, meditamos en Juan 18:12-21 y Juan 13, pasajes que nos confrontaron con la entrega de Jesús, su amor hasta el extremo y el llamado a vivir una fe auténtica incluso en medio de la presión y la traición. Nos llenó de profunda edificación recordar que, aun sabiendo lo que venía, Jesús sirvió, amó y se entregó por nosotros.
Durante el tiempo de oración, nuestros corazones se conmovieron, permitiéndonos recibir la gracia renovada del Espíritu Santo que tocó nuestros corazones, renovó nuestras fuerzas y nos llevó a entregarnos aún más a su voluntad.
Después del servicio, compartimos una cena fraternal que se convirtió en un espacio de alegría, conexión y compañerismo. A través de actividades y dinámicas diseñadas especialmente para este momento, pudimos conocernos mejor, reír y fortalecer los lazos que nos unen como familia en Cristo.
Agradecemos al Señor por cada persona que formó parte de esta noche especial. Seguimos adelante con un corazón dispuesto y la mirada fija en Jesús, recordando su sacrificio, celebrando su amor y preparándonos con alegría para declarar que Él vive.